Las mujeres piden la palabra (y el mando)
Las empresas familiares se preguntan sobre la poca presencia femenina en puestos directivos
La presencia de la mujer en los mandos intermedios y directivos sigue siendo ínfima, a pesar de los progresos de los últimos años. Las empresas familiares han abierto el debate, en un contexto en el que además cada vez más mujeres aparecen como creadoras de sus propias empresas. Una investigadora francesa ha definido un abanico de funciones para que la mujer participe en el mando de la empresa familiar sin renunciar a su vida privada
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La empresa familiar, más que otro tipo, debe favorecer el acceso de las mujeres al poder, según un reciente estudio |
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MAR GALTÉS - 06/10/2005
Podría sonar raro, pero no lo es, que un padre prefiera al yerno antes que a su hija para sucederle en la empresa familiar. O que una abogada tenga que buscarse un nuevo empleo porque en su empresa familiar, por ser joven y mujer, no la tengan demasiado en cuenta. Estos dos casos son actuales y fueron explicados hace unos días por sus protagonistas, dos empresarias - italiana y suiza- que participaron en un encuentro celebrado en la London Business School. Ambos casos reflejan la creciente necesidad de las empresas, especialmente familiares, de adaptarse al nuevo papel que desempeña la mujer en la vida empresarial: una vez integrada plenamente en el mundo universitario, y prácticamente también en el terreno laboral, aún está lejos de acceder con naturalidad a los puestos directivos.
La Family Business Network (FBN), con sede en Lausana y que agrupa a organizaciones de 16 países, incluido el Instituto de la Empresa Familiar, se ha puesto a investigar sobre el tema y lo hace dando la palabra a las mujeres.
En el encuentro de Londres estuvieron veinte esposas de, madres de, hijas de, o simplemente accionistas, empresarias o emprendedoras, de Suecia, Reino Unido, Brasil, Alemania, Italia, India, Dinamarca, Bélgica, Francia y España.
Gemma Cernuda, hija de uno de los fundadores de La Sirena y ahora emprendedora, fue la española en Londres: "No presentamos ponencias, ni había auditorio. Estábamos nosotras solas para hablar, explicar nuestra experiencia. Y allí vi por ejemplo que otras mujeres también se han planteado cosas como: si sigo en la empresa familiar, ¿estoy realizando mi sueño o el de otro?". Eso es lo que la FBN pretende: compartir experiencias, detectar problemas o plantear soluciones: una plataforma de diálogo a escala internacional.
"La presión de las mujeres para acceder a puestos directivos ya es un tema habitual de debate en las reuniones del Instituto - asegura Juan Corona, director académico del Instituto de la Empresa Familiar-. Preocupa cómo compatibilizar una carrera de éxito con la vida familiar".
Algo que ni se plantea en el caso de los hombres. Por ejemplo: en un estudio reciente en Francia entre 1.000 directivos, tres de cada cuatro mujeres respondieron que su marido tenía un trabajo a tiempo completo; todo lo contrario, tres de cada cuatro hombres reconocen que su mujer no tenía actividad profesional.
Christine Blondel, directora del Centro Internacional Wendel para la Empresa Familiar en la escuela de negocios francesa Insead, ha elaborado un documento sobre el papel y la evolución de las mujeres en la empresa familiar, iniciado por la Associació Catalana de l´Empresa Familiar, que en breve publicará. "Creo que la empresa familiar, más que otro tipo de empresas, es un entorno que debe favorecer el acceso de las mujeres al poder".
Más allá de los papeles tradicionales que han ocupado las mujeres en la empresa familiar - el de la esposa del emprendedor, una "gigante invisible", y el de las hijas "transparentes" para la sucesión-, Blondel defiende que existen diferentes puestos para la mujer en el mando de la empresa: en el consejo de administración, en el holding familiar, en el consejo de familia: "Hay muchas maneras de contribuir a la empresa en función de los talentos y las disponibilidades".
"Está claro que las mujeres pueden tener un papel de sucesoras, pero la sociedad no lo ve todavía tan claro", explica Vicenç Bosch, de la Associació Catalana de l´Empresa Familiar. Y Blondel afirma en su trabajo que "si una hija reivindica sus aspiraciones, pasa por agresiva; si no lo hace, queda en el olvido". Lo mismo sucede en los estilo de dirección: "Si una mujer adopta un estilo masculino, se la percibe como mala; si un hombre utiliza maneras femeninas, es un líder".
En los países más avanzados, las mujeres ocupan un máximo del 7% de los puestos directivos, y en el mejor de los casos, el 10% de los consejos de administración. Más allá de estas cifras, Blondel presenta razones estrictamente económicas para no dejar fuera a las mujeres: "Tradicionalmente, a las hijas no se les daba acciones de la sociedad, sino una compensación mediante un bien inmobiliario. Y eso priva a la empresa de un bien que no puede utilizar para desarrollar la expansión".
En Estados Unidos las mujeres ocupan un 16% de los puestos directivos, son un 38% de las emprendedoras. "La creación de empresas atrae tanto a las mujeres porque ellas buscan la coherencia entre sus vidas personal y profesional y la flexibilidad para llevar las dos. Ellas están menos seducidas que los hombres por el poder y el dinero que ofrecen las grandes estructuras".
Concluye Blondel que el futuro será probablemente muy distinto porque se crean muchas empresas por mujeres, y eso contribuirá a transformar su papel en la próxima generaci
